- Decreto del Ministerio de Ciencia permitirá proteger los cielos de la contaminación lumínica que se pudiera producir en las cercanías de los observatorios astronómicos instalados en nuestra región.
Los cielos más prístinos para la observación astronómica están en Chile y desde ahora, en ocho comunas de las regiones de Antofagasta este patrimonio quedará protegido por el valor científico y de investigación que poseen gracias a la publicación del Decreto N°2 del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, publicado en el Diario Oficial.
Estas nuevas “áreas astronómicas” regionales son Antofagasta, Calama, María Elena, Mejillones, Ollagüe, San Pedro de Atacama, Sierra Gorda y Taltal.
En tanto, la normativa también se extiende a las comunas de Alto del Carmen, Caldera, Copiapó, Freirina, Huasco, Tierra Amarilla y Vallenar, en la Región de Atacama; además de Andacollo, Canela, Combarbalá, Coquimbo, Illapel, La Higuera, La Serena, Monte Patria, Ovalle, Paihuano, Punitaqui, Río Hurtado, Salamanca y Vicuña, en la Región de Coquimbo.
En un sentido estrictamente técnico, el Decreto en cuestión declara los cielos de estas comunas como “áreas con valor científico y de investigación para la observación astronómica” y se encuentra suscrito de manera paralela por el Ministerio del Medio Ambiente.
La ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry señaló que este es un primer hito para avanzar en la protección de los cielos, que son un laboratorio natural reconocido a nivel internacional: “Su cuidado es de gran importancia para este ministerio y por ello la Subsecretaría, las Seremi, el Ministerio de Medio Ambiente y un grupo de astrónomos han estado trabajando desde hace dos años”.
Para la subsecretaría de MinCiencia, Carolina Gainza, este nuevo cuerpo legal permite cuidar uno de los patrimonios de nuestro país, como son los cielos de tres regiones de la macrozona Norte, ahora un verdadero patrimonio de los habitantes del país.
“Cuidarlos -apunta la autoridad- permitirá que los y las investigadores puedan realizar mejor investigación para conocer qué es lo que pasa fuera de nuestro planeta, lo que ocurre en el Universo, generar más conocimiento en ese ámbito del quehacer científico, además de fortalecer la identidad de los territorios para generar turismo astronómico porque la astronomía es también beneficiosa para los habitantes de estas comunas que se vinculan con ellas”.
Actualmente, el Ministerio del Medio Ambiente está finalizando el proceso de modificación de la Norma Lumínica (DS 43/2012 mma), que establece una norma de emisión para la regulación de la contaminación lumínica.
Según se adelantó, en la futura norma lumínica se establecen “mayores exigencias para las luminarias instaladas en las “áreas astronómicas”, específicamente una reducción de la radiancia espectral, en rangos ultravioleta e infrarrojo cercano y en el color azul.
En términos prácticos, esto implica un cambio en el color de la luz, para lo que existen fuentes que permiten dar cumplimiento a tales requisitos y que serán certificadas por laboratorios autorizados por la SEC.
Cabe destacar que el daño más preocupante de la contaminación lumínica reside en cómo incide en la astronomía ya que un exceso de luminarias reduce hasta en un 90% la cantidad de objetos celestes que se pueden observar a simple vista, contamina los espectros de objetos astronómico y limita la capacidad de observación de los telescopios profesionales.