Una crisis a simple vista.

Por Manuel Tabilo Álvarez

A lo largo de la cuarentena se ha visto un incremento en la comunidad migrante que ha llegado al territorio nacional, siendo el norte grande, la zona que más se ha visto afectado. Esto ha dejado claro el interés por parte de ciudadanos de países cercanos en nuestro territorio, llegando aquí por nuevas oportunidades y opciones de trabajo.

Tras el sueño de prosperar que se está esparciendo a lo largo de todo Latinoamérica, llegan a Chile en búsqueda de oportunidades para poder crecer en ese territorio, sin aún ver el costo que esto genera y por las inclemencias que muchos compatriotas suyos han vivido, incluso, antes de entrar a nuestro país.

El ingreso ya es una odisea, donde muchos entran por pasos no habilitados, todo para poder darle prosperidad a sus familias, llegando incluso a poner en riesgo sus vidas para poder entrar. El convivir con coyotes, el clima propio de la pampa, que más de una vida reclamado a lo largo de su historia, siendo sólo en la entrada a este largo y angosto Chile.

La vía legal de entrada es otro problema, si no tienes tus papeles al día no podrás entrar en ningún momento por pasos habilitados, siendo muchos de los migrantes provenientes de países donde sus papeles no se han actualizado, siendo éste, una de las principales problemáticas al momento de ingresar.

Ya dentro del territorio es un panorama completamente diferente a la tierra de oportunidades del que habla fuera del país, el tener que vivir en carpas, el exponerse al clima, a la indiferencia, los malos tratos y ataques, como los vividos en Iquique, donde una población enojada se desquita con migrantes mientras las autoridades no generan soluciones ni para sus ciudadanos ni aquellos que buscan la ciudadanía.

La exposición de sus hijos menores, que incluso han sido acusados de ser arrendados para pedir dinero en las calles. Todo esto es un panorama desolador y más aún en medio de una pandemia a nivel mundial donde el dinero escasea para poder comer, el para el alojamiento y donde puede que la salud pase a un segundo plano.

Esto se puede evidenciar a como se han tomado los espacios, siendo el terminal, Cardenal Carlos Oviedo Cavada, el punto neurálgico de todos aquellos que llegan a la región por medio del transporte terrestre, siendo este el espacio elegido por migrantes para establecerse y poder vivir.

Siendo además una problemática que no ha sido solucionado por las autoridades de la región, produciendo aglomeraciones en el terminal, volviéndolo un punto insalubre, aún más debido al tráfico interregional e intra regional de los buses. Poniendo en riesgo aquellos que usan los vehículos y aquellos que solo buscan soluciones.

Esto se volvería un foco de infección para el Covid 19 y sus variantes, volviendo a replicar el caso ocurrido en Iquique donde el descontento de la población debido a la poca o nula acción por parte de las autoridades genera un ataque directo a migrantes y solo veremos afectados mientras no haya soluciones.

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