#Opinión. La urgencia de la educación cívica en chile. Por Karen Araya Acosta #antofagasta

  • Por Mg. Karen Araya Acosta Profesora de Biología Química Licenciada en Educación y Magister en desarrollo curricular y proyectos educativos

Hasta que llegó el tan esperado conteo de votos para saber quienes pasaban a segunda vuelta en esta elección presidencial. Una vez más se deja entrever lo que tanto nos hace falta como país, lo que todos saben, pero nadie se hace cargo, pues lamentablemente muchas situaciones urgentes en nuestro Chile no son tomadas en cuenta, hasta que por aquella situación ocurre algo que nos afecte. Nuestro país necesita educación cívica obligatoria en los programas de estudios escolares, como una herramienta de construcción social que nos permita visualizar lo que nos aporta al desarrollo como personas y como sociedad. Necesitamos dejar de atacarnos unos con otros y velar por el bienestar de una sociedad más justa, más colaborativa y sobre todo con más paz que temor. Y no, no es utópico, pues si lo fuera no habría países con alto desarrollo a los cuales muchos chilenos quieren ir (otros ya se han ido) y quedarse allá porque se sienten seguros (as) y más estables.

A través de una educación cívica desde la enseñanza primaria, los (as) niños (as) y jóvenes de este país, que se supone con el futuro, tendrán la convicción de lo que quieren y porqué lo quieren. Quienes lideran y buscan solo poder para salvaguardar sus propias necesidades se sujetan desde la debilidad más grande del ser humano: La ignorancia.

Educar a los ciudadanos desde la niñez en el área cívica, es la clave para formar jóvenes y adultos pensantes, cuyo pensamiento sea por medio de la información y no de la moda, donde las opiniones sean argumentadas por medio de la lectura, actualización e incluso participación, para que, al momento de ejercer el derecho ciudadano a votar, lo haga en plena consciencia y conocimiento.

Si bien la educación cívica nos permite familiarizar a los estudiantes en el mundo de los aspectos teóricos, políticos y prácticos de la ciudadanía, también les enseña respecto a sus derechos y deberes, cuyo propósito es alentarlos a participar plenamente en la vida política de una comunidad: esto permite que se comprometa los principios fundamentales de la democracia.

Desde 1901 se incorporaron formalmente en el currículum de Historia y Geografía contenidos relativos a la noción de patria, a los derechos y deberes, y a la organización del Estado, materias que en 1912 pasaron a conformar la asignatura de Educación Cívica. Lamentablemente en el año 1998 en el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, se eliminó de forma arbitraria la asignatura de la malla curricular de la enseñanza media.

Una educación de calidad, la que tanto hemos buscado y por la que hemos aclamado tantos años, nos va a permitir renovar de una vez por todas, la flota de políticos que nos gobiernan una y otra vez, y que ya casi sin sorprendernos, salen con alguna canallada que nos sigue decepcionando de un grupo de “líderes” que visualizan desde al frente y no desde arriba, porque desde arriba se ve las verdaderas necesidades: la falta de oportunidades, la pobreza, la vulneración, la ignorancia, etc.

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